spanish ACHAREI MOT – KEDOSHIM

LO QUE EL SACERDOTE ME ENSEÑÓ


Apoyé el teléfono, finalizando la conversación con el sacerdote. Me había dado jizuk. No se trata de un sacerdote cualquiera; este se convirtió al judaísmo y ahora es seriamente ortodoxo. “No me molesta que los estudiantes de la Torá aprendan técnicas de auto-ayuda de los gentiles, sea en el “coaching” o cualquier otra terapia que funcione. Pero nuestras obras de Musar antiguas y contemporáneas, jasídicas y yieshivatí, contienen un tesoro tan amplio, entonces ¿para qué necesitamos buscar en sus libros antes de conocer profundamente los nuestros y trabajar en las “técnicas” que se ofrecen en nuestra propia literatura? Los gentiles piensan diferente, viven de manera diferente y creen en otras cosas. Y aun si su intención no es hacernos cambiar o pensar como ellos, sus creencias y pensamientos se esconden entre las líneas de sus escritos. ¿Cómo uno puede estar seguro de que las exitosas técnicas escogidas de los “buenos” gentiles no esconden  algún ejemplo de la vida que no es adecuado para nuestros círculos religiosos más puros y santos?”. Estaba en altavoz; yo lo escuché y mi esposa también lo oyó. Colgué el teléfono. Listo; suficiente musar por parte del ex-sacerdote. Fui directamente al Bet Midrash y saqué el Alé Shur del Rav Wolbe. Lo abrí en la página 256… y ¡BUM! Allí encontré exactamente los más recientes descubrimientos de autoayuda que el coaching ha descubierto; pero primero, un poco acerca de los fundamentos de esta ciencia:

La gente quiere saber por qué el coaching es tan bien recibido y se está ganando el aprecio del público. La gente quiere saber por qué funciona y cómo es posible que algo tan entretenido y agradable sea tan eficaz. Y cómo puede ser que esté ayudando a las personas en una extensión que otras terapias no lo hicieron. Cuatro preguntas y una sola respuesta: voluntad.

En el universo existe un tremendo poder que se llama el poder del pensamiento concentrado. En los últimos cuarenta años, los especialistas del mundo de la psicología y la autoayuda se dieron cuenta de que no sólo nuestro subconsciente gobierna el pensamiento, comportamiento y sentimientos. Los investigadores descubrieron que estos se pueden gobernar y controlar también por medio del pensamiento consciente. Si alguien está feliz, es porque seguramente tuvo un pensamiento feliz. Y si alguien está amargado, algo negativo se le debe haber pasado por la mente. Casi todos los sentimientos se pueden remontar a un pensamiento que vino antes, después o durante la sensación. Y aunque el cliente quizás no sea consciente de este pensamiento, un buen terapeuta puede ayudarle a encontrarlo. Una vez identificado el pensamiento, el terapeuta puede ayudar a la persona cuyas emociones están afectando su productividad en la vida mediante la sustitución de los pensamientos por otros más eficaces. El estado de ánimo de la persona es muy importante, pues es el que define cuán productiva y efectiva será la persona. En resumen, así funciona: pensamientos y creencias, seguidos de sentimientos y comportamientos. Están todos conectados. Y de aquí el enorme poder del pensamiento, el pensamiento consciente; que realmente es la raíz de todos los sentimientos y conductas. Mientras que el pasado y el subconsciente han sido el centro de atención hasta ahora; el aspecto del sentimiento actual y presente y la opinión personal han sido dejados de lado. No necesitamos analizar el “por qué” del pasado ni todos los aportes subconscientes, sino darnos cuenta de que los sentimientos que experimenta la persona tienen mucho que ver con la forma en que está pensando, en estrecha relación con lo que está sintiendo. Esta es la idea detrás del TCC – terapia de comportamiento cognitivo. El terapeuta no necesita remontarse al pasado del cliente, se habla del “aquí y ahora”. Y entonces, a través de los últimos veinte años el coaching también se hizo muy popular. El coaching trabaja con la voluntad del cliente. La fuerza de voluntad es capaz de lograr que la persona se movilice en dirección de sus deseos, incluso mucho más que el poder de organizar los pensamientos.
Las preguntas del entrenador (el coach) siempre van dirigidas a los “deseos” del cliente. “¿Qué, cómo, cuándo, dónde o quién quieres ser…?”. El entrenador trabaja todo el tiempo con los deseos del cliente, no con sus pensamientos. Esto incluso encuentra al cliente desprevenido, pues muchas veces él ni siquiera está pensando en lo que quiere, sino en lo  que tiene en mente. El coach se esfuerza por ayudar a la persona a llegar a donde quiere estar. De eso se trata el coaching. Por supuesto, puede haber algunos pensamientos que necesitan ser tratados a través del EBC. Quizás también sea necesario encontrar algunos “por qué” en el camino o superar sucesos del pasado con un psicólogo. Pero el coaching apunta al avance en sentido de lo que la persona quiere. Es más, muchas veces los pensamientos de una persona están en su mente porque es allí donde sus deseos se encuentran. Ayúdale a interpretar sus deseos, ayúdale a aclarar su sistema de valores y encontrar la posición de sus deseos en la escala de importancia; así también sus pensamientos serán tratados.

Esto es exactamente lo que escribe el Rav Wolbe. El vocablo רצון -voluntad- se conecta con la palabra רוץ – corre. Pues la voluntad de una persona la impulsa a correr a hacer las cosas que quiere. Los deseos de la persona son un impulso más fuerte que sus pensamientos; haciéndola correr tras sus deseos aun sin antes haber considerado todos los factores. En la Torá vemos varias veces que אהבה מקלקלת את השורה “el deseo anula el hilo de los pensamientos”. De tanto entusiasmo por maldecir a los judíos, Bilam ensilló su asno temprano en la mañana y sin la ayuda de sus criados. En el otro extremo del espectro, de tanto entusiasmo por cumplir la voluntad de Di-s, Abraham ensilló su asno temprano en la mañana para ir a ofrendar a Itzjak sobre el altar. ¿Acaso Bilam no sabía que no podía maldecir a los Judios en contra de la orden Divina? ¿No hubiera sido más lógico que Abraham se tomara un poco de tiempo aquel día para terminar de asentar las dos profecías contradictorias? (כי ביצחק יקרא לך זרע) La respuesta se esconde en la voluntad – ¿cuál es tu voluntad más profunda? Si la tienes clara, tus pies te llevarán allí. El rey David preparaba el itinerario propio de un rey ocupado, pero en lugar de seguirlo, sin darse cuenta sus pies lo llevaban al Bet Midrash. Esto se debe a que la voluntad de la persona es tan fuerte que controla su comportamiento aun más que lo que lo hacen sus pensamientos. No por actuar sin pensar, sino porque una voluntad fuerte y claramente enfocada pone en marcha la creatividad y nuevas ideas. Lo veo claramente con mis hijos: un niño que no suele mostrar demasiada creatividad, de pronto encuentra una forma muy creativa de subirse a las alacenas para encontrar un pedazo de chocolate. Los deseos hacen correr el pensamiento: el combustible de la creatividad desborda cuando entra en contacto con sus deseos y el caramelo. Y la madre de todas las innovaciones y de todo progreso es la creatividad. Entonces, cuando el entrenador toca la voluntad, se enciende la creatividad. Al descubrir un deseo interior, se descubre también una nueva línea de pensamiento.

Esta semana me topé con un fuerte bloqueo cuando quise escribir. En la sinagoga le comenté esta idea a mi compañero de estudio israelí, agregando que aparte de ella, no tenía para escribir ningún otro concepto técnico de autoayuda conectado con la Parasha de la semana. Él me dijo que, de hecho, este concepto responde a una pregunta de la Guemará en el Tratado Zevajim (47a) – una incógnita que no lograba quitar de su mente. La pregunta proviene de un pasuk en nuestra parashá: ¿Cómo sabes que si un cohén trae un sacrificio, pero sólo realiza los movimientos correctos sin la intención apropiada (lo que se llama מתעסק בקדשים), descalifica la ofenda? La respuesta se debe a que en la parashá de esta semana dice לרצונכם תזבחו, que se debe traer la ofrenda junto con la voluntad de traerla. El Talmud aprende de estas palabras לדעתכם תזבחו, que el sacrificio debe venir junto con el pensamiento. Mi amigo inquirió: “¿Si la Torá no dice לדעתכם -con el pensamiento- sino לרצונכם – con la voluntad…? Debe ser, entonces, que aprendemos de este párrafo del Talmud que la raíz de todo pensamiento es la voluntad. Nuestros pensamientos van junto con nuestros deseos. Cuando tenemos claro cuál es nuestra voluntad, automáticamente mejora nuestra forma de pensar.

El coaching puede ser tan poderoso, si no más, que otras terapias, pues va detrás de la perspectiva de los pensamientos. Otra antigua (y eternamente actual) visión de los escritos de musar que los gentiles descubrieron recién en los últimos años. Y, una vez más, el Bet Midrash es el lugar para encontrar todo lo que uno quiere saber.

 

 

 

Reprochando al pecador justo

 

Un psicólogo estaba preocupado acerca de cómo responderle a un paciente que confiesa su pecado, en busca de aceptación y comprensión. “Por un lado, si lo desligo de la culpa o aminoro la severidad del pecado, permitiéndole volver a mirarse frente al espejo, quizás esté transgrediendo la mitzvá de reprochar al compañero. Sin embargo, decirle que se equivocó puede empeorar la situación. La solución que encontré para no tener que sentarme pasivamente mientras la otra persona derrama la letanía de sus transgresiones, es preguntarle si le parece que su forma de actuar fue correcta. Entonces, le muestro un genuino respeto por haber admitido sus fallas y errores. De alguna forma, esto le ayuda a la persona a sentirse cómoda y no avergonzarse de mí incluso después de la terapia“.

Al escuchar acerca del precepto de reprochar, frecuentemente nos preguntamos: ¿debo decirle algo al niño? ¿Le digo a aquella persona cuán mal está lo que hizo?

El Talmud (Bavá Metziá 31a) nos enseña que la repetición de la palabra הוכח תוכיח (reprender reprenderás) en el precepto, nos viene a enseñar que se debe reprender incluso cien veces! Hay distintas formas de comprender esto. Un enfoque es que a veces la persona que reprocha no es digna de decir lo que es necesario decir. Otras veces, el pecador no está listo para escuchar lo que debería escuchar. Es probable que recién después de cien veces se junten los dos requisitos: una persona que realmente pueda decir lo que se necesita decir a la persona que necesita y es capaz de escucharlo.

Lo siguiente quizás sea una distorsión de este párrafo del Talmud, pero lo considero un mensaje muy valioso. El versículo dice: הוכח תוכיח את עמיתך ולא תישא עליו חטא – Reprende a tu compañero y no traigas el pecado sobre ti mismo por ello. Esto se puede interpretar diciendo que si no reprendes, eres culpable del pecado. A primera vista, esto puede parecer estresante. Sin embargo, en estas palabras se esconde un mensaje más profundo. Las palabras ולא תישא עליו חטא  pueden indicar “no traer el pecado sobre él“. El Javot Iair (al igual que el Zóhar) explica que al reprochar, uno no debe hacerle sentir al otro que es un malvado, sino decirle cosas que le suben el ánimo, como “esa forma de actuar no concuerda contigo o con tu sublime personalidad”. No le hagas sentir que es un pecador, sino una persona justa que pecó. Un acto externo עליו que no se identifica con quien lo realizó. Ser catalogada con el título de pecador o malvado, hace sentir a la persona incapaz, derrotada y depresiva.

 

 

 

Shabbat Shalom, Yosef Farhi

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