spanish BALAK 2013
Más profundo que el afecto…
Uno de los secretos para el éxito de un comerciante es ser consciente de lo que el cliente realmente quiere. La cúspide del servicio se encuentra en la capacidad de escuchar y comprender exactamente cuál es el deseo subyacente del cliente: comodidad o placer; moda u opulencia. Descúbrelo y véndele eso. Este mismo principio juega en todas nuestras relaciones. Entre marido y mujer existe algo llamado “un mapa de amor”; estos son los deseos, los deseos más profundos del cónyuge. Si uno no es consciente de los deseos de su cónyuge y no trata de complacerlos, entonces la relación corre riesgo.
Frecuentemente, la persona con quien tratamos en nuestros negocios o con quien buscamos mejorar nuestra relación, nos pide algo que no es justamente lo que está esperando. Por ejemplo, una mujer puede pedirle a su marido que lleve la basura afuera, cuando en realidad lo que espera es recibir una mano. Si el marido simplemente baja la basura, está bien. Pero si además de sacar la basura también da una mano en otras tareas del hogar; logra que su mujer se sienta comprendida. Con esta actitud crea un profundo sentimiento de unión con su mujer. En realidad, ¿por qué ella no pide directamente que le dé una mano? ¿Por qué menciona sólo la basura? Porque los pedidos que las personas hacemos no son precisamente aquello que queremos. Los pedidos son como un código verbal, sugiriendo indirectamente un deseo que a veces da vergüenza manifestar explícitamente. Piden lo que en el momento tienen en mente, pero mayormente esto sirve sólo como una clase de código. Si un hombre entra a la farmacia y le pide al farmacéutico los medicamentos en su receta, lo que en realidad quiere es sentirse bien, no una cajita de medicamentos. Si el farmacéutico es consciente de esto y le sugiere comprar otros artículos más que junto al medicamento le pueden ayudar a sentirse mejor y aliviar algunos efectos secundarios; el cliente sin duda estará dispuesto a comprarlos. Pues para eso vino.
Lo mismo rige también con las mitzvot de la Torá, los preceptos de Di-s. En la Torá, hay cosas que si bien no están explícitas en ningún lugar, nuestros Sabios nos dicen que son la Voluntad de Di-s. Por ejemplo, de acuerdo a una opinión, צער בעלי חיים, hacer sufrir a un ser viviente, está prohibido por la Torá y no sólo por orden rabínica. En la Torá no lo dice explícitamente, pero aun así nuestros Sabios aprenden esta prohibición de un pasuk en Shemot (23;5) que aparenta ordenar algo completamente diferente: כי תראה חמור שונאך רובץ תחת משאו וחדלת מעזוב לו, עזוב תעזוב עמו. Si vieres un asno de quien tú odias (un pecador), postrado debajo de su carga, ¿acaso te abstendrás de ayudarlo? Ayúdalo a descargar. El versículo nos ordena ayudar a un enemigo cuando lo necesita, pero de la forma en que lo dice, de no abandonar a su burro postrado debajo de la carga, muestra además que a Di-s le importa del burro. De aquí vemos que no se debe hacer sufrir a un animal. Lo deducimos por detrás de las líneas. Otros dos ejemplos de esta clase de interpolación son la construcción de una suká y el horneado de matzot. No existe una mitzvá específica que ordena alguna de ellas, pero de no hacerlo, no es posible habitar en la suká en sukot ni comer matzá en la noche del séder. Entonces, ambas mitzvot son derivadas de una “deducción” de la verdadera Voluntad de Di-s.
Esto nos brinda una nueva perspectiva hacia las mitzvot. La palabra mitzvá mayormente se interpreta como mandamiento, ציווי significa orden. Pero existe un significado más profundo. מצוה viene de la raíz צוותא que significa “unión”, en conjunto. Las mitzvot no son meramente mandamientos, sino que nos proveen también de una forma de unirnos a Di-s. Uno puede hacer una mitzvá para salir del paso; puede rezar con la intención de pasar a su próximo quehacer en la agenda. Sin embargo, rezar es una forma de conectarse, no sólo un “ítem” en la lista de tareas.
Bilam actuó de esta forma. לא אוכל לעבור את פי ה’ אלוקי… Aun si Balak me obsequia todos sus tesoros, no puedo transgredir la Palabrade Di-s. (22;18) A Bilam le preocupaba sólo un punto técnico: transgredir la Palabra de Di-s. A él no le importaba en absoluto de la Voluntad de Di-s; de lo que Di-s quiere. Di-s no le prohibió a Bilam ir con los hombres de Balak; y a Bilam no le importó en absoluto que en realidad Di-s no quería que nadie maldijera a los Judíos. La Voluntad de Di-s no era de importancia para Bilam.
Esto nos enfrenta a una gran pregunta. ¿Por qué Di-s no pide lo que quiere? Y la respuesta parece ser aquella parte de nuestro Servicio de descubrir Su Voluntad por nuestros propios medios. Este esfuerzo por deducir lo que realmente nos está siendo pedido, es nuestra forma de mostrar un sincero amor e interés.
A algunas personas les hacemos favores sólo cuando nos lo piden. Estas son personas con quienes nuestra relación es más distante. Sin embargo, cuando se trata de personas a quienes realmente amamos, hacemos por ellas lo que podemos, aun sin que lo pidan. Esto es lo que rezamos diariamente en nuestras plegarias: רצה ה’ אלוקינו בעמך ישראל ולתפלתם שעה. Le pedimos a Di-s que no atienda a nuestras plegarias sólo porque le pedimos nuestras necesidades; sino que nos provea nuestras necesidades porque “Tu deseo es por Tu Nación”. Porque nos ama.
Este es uno de los secretos de toda relación: leer con precisión los mapas de amor y discernir lo que la otra persona quiere. No es solamente hacer lo que el otro pide o dice querer; sino que se trata de hacerle sentir que nos importa de él. Y para concluir, una frase que alguien me escribió al final de un email:
“Al final del día las personas no se acuerdan de lo que hacemos por ellas, sino de cómo les hicimos sentir”.
Expresiones de amor
Todos admiten que hay 613 mitzvot en la Torá. Sin embargo, la definición de la palabra mitzvá puede tener un significado distinto a los ojos de diferentes personas. Algunos creen erróneamente que una mitzvá es una buena acción. Lo cual es un grave error, pues esto implicaría que las mitzvot son sugerencias de buenas acciones. Hazlo o déjalo pasar de acuerdo a tu humor o según las circunstancias. En realidad, la raíz de la palabra mitzvá es mandamiento. Un mandamiento es algo que uno debe hacer como judío observante.
La palabra mitzvá, en su significado más profundo, proviene del vocablo arameo צוותא, es decir, vínculos y lazos; pues a través de las mitzvot podemos conectarnos con el Creador. El Rabino Laurence Kelenman sugiere una nueva perspectiva. En primer lugar, él explica que en toda relación de amor, cuanta más atención se pone en los detalles, mayor es el amor. Si un cónyuge nota la atención, el esfuerzo y el pensamiento invertido por el otro para fomentar la relación del matrimonio, su amor es mucho mayor. Y cuando uno no lo nota, cuando uno no se molesta en reconocer este esfuerzo para mostrar afecto, entonces es… ¡miserable! egoísta y otras cualidad que prefiero no mencionar. Y cuando uno sí reconoce el amor brindado por el cónyuge y busca cómo brindárselo en respuesta, también él o ella buscará detalles para poder expresar su amor. Qué hermosa relación.
Esto concierne a nuestra responsabilidad de reconocer cuánto Di-s obra por nosotros, tanto en cantidad como en calidad, prestando también atención a cada mínimo detalle de nuestras necesidades. Debemos ser humanos y reconocerlo. Entonces sí, seremos capaces de amar a Di-s mucho más. Para expresar nuestro amor en respuesta, tenemos los detalles, 613 detalles. Estos son los 613 mandamientos, 613 expresiones de amor.
Esta semana, el burro de Bilam nos enseña cómo ninguna de las mitzvot debe ser ignorada. Cuando el burro fue reprendido por Bilam, le respondió: “…y ahora, me has golpeado tres veces”. Sin embargo, en lugar de utilizar el vocablo פעמים para decir ´veces´, el burro dijo רגלים, ´ocasiones´. Literalmente la palabra רגל significa pierna. El burro quería darle a entender: buscas desarraigar a una nación que celebra שלשה רגלים, tres festividades, año tras año.
¿Por qué eligió mencionar, de entre todas las mitzvot, justo el mérito de la celebración de las tres festividades?
Una bellísima respuesta propuesta por el Meló Haomer dice: vemos en el Midrash que Di-s le preguntó a Bilam: “¿Quieres maldecir y desarraigar a la nación judía? ¿Quién, entonces, cumplirá las mitzvot de la Torá si no ellos?”. A lo cual respondió Bilam: “Yo lo haré“.
Esto es lo que el burro quería decirle, sin embargo, Bilam no lo comprendió. Año tras año, tres veces, los Judíos celebran las festividades y cumplen la mitzvá de ascender a Jerusalén a pie. A esto se refería al cambiar el vocablo ‘veces’ por ´ocasiones´, a los שלשה רגלים del calendario Judío. La halajá indica que sólo una persona capaz de subir el monte del Har Habait tiene la mitzvá de Aliá lareguel. Y al ser rengo, Bilam no podía reemplazar a los judíos en el cumplimiento de las mitzvot, por estar exento de una de las 613: la de subir al Monte del Templo tres veces por año. De no ser por esta única mitzvá, Bilam nos podría haber maldecido y destruido.
CUÁNDO NO PUEDO DECIR “NO PUEDO”
En una ocasión, Rabí Moshé Feinstein zt”l se retrasó a una convención de Agudat Israel por culpa de un hombre que estaba rezando en el pasillo, impidiéndole el paso, pues la ley indica que uno no debe pasar delante de alguien que está en medio de la Shemoná Esré (Amidá). Rab Moshé se quedó allí esperando pacientemente con sus alumnos hasta que el hombre terminó de rezar. Los alumnos se sorprendieron por su estricta conducta, siendo que existe una opinión que dice que uno puede ser menos riguroso cuando hay una persona rezando en un lugar donde está bloqueando el paso de otra gente. ¿Por qué entonces Rab Moshé no se apoyó en esta opinión, especialmente teniendo en cuenta que mucha gente lo estaba esperando en la convención? Él explicó que no se podía mover porque una pared de ladrillos le bloqueaba el camino. O sea, era consciente de que la Presencia Divina se encuentra delante de quien reza.
Me gustaría utilizar esta conocida historia pata tratar uno de los temas clave de la porción de la Torá de esta semana, Parashat Balak, con respecto significado de las palabras que utilizamos a menudo: No puedo…
Cuando el rey Balak le pidió a Bilam que maldijera a los judíos, este le contesto que incluso si se le pagara con todo el oro y la plata de los tesoros de la casa de Balak, “él no podría” transgredir la palabra de Di-s. A pesar de la muy buena excusa de Bilam, Balak se enfureció. Nos preguntamos entonces: ¿no podía él entender que algunas cosas son imposibles?
La respuesta dada por Rab Shimshon Pincus zt”l, es que hay dos tipos distintos de “no puedo”. Un tipo es simplemente la declaración de un hecho, tal como, “no puedo saltar y tocar el sol”. Esa es una forma de expresar que uno es verdaderamente incapaz de hacer algo por más ganas que pudiera tener. Existe también otra clase de “no puedo”, tal como “¡no puedo ir a una fiesta de gala usando un traje de baño!”. Esta no es una respuesta final, no es absoluta. Si alguien ofreciera diez millones de dólares para quien se atreve a asistir a la fiesta de gala con traje de baño, algunas personas podrían fácilmente cambiar su “no puedo” por “¡puedo!”. Por el otro lado, obviamente, el “no puedo tocar el Sol” no va a cambiar aun si se ofrecen veinte millones de dólares.
Cuando Bilam le dijo a Balak que no podía transgredir la palabra de Di-s, Balak, entendió que si se le ofrecía suficiente dinero, el “no puedo” cambiaría a “puedo”. Obviamente se frustró al darse cuenta que el “no puedo” de Bilam se refería a que verdaderamente era incapaz debido a la oposición de Di-s. En realidad, Bilam no necesitaba un cheque de Balak como motivación para maldecir a los judíos; él los odiaba no menos que Balak, y quería exterminarlos. Sin embargo, Bilam entendió que transgredir la voluntad de Di-s equivale a saltar y tocar el sol.
Cierta vez le preguntaron al Dr. J, el jugador de básquet que inventó el golpe dunk: “¿crees que podrías saltar y tocar la parte superior del tablero también?”. Su respuesta fue: “¡pon un billete de veinte dólares allí arriba y lo descubriremos!”.
Si esta discusión te suena un poco rara, sugiero que te tomes unos minutos para hacer el siguiente ejercicio que me parece muy útil:
Anota todas las cosas en la vida sobre las cuales dices: “No puedo”. Luego pregúntate cuál de las dos siguientes definiciones de la palabra imposible es más cercana a tu modo de pensar:
1) Una acción que jamás alguien hizo y jamás alguien hará. .
2) Una acción tan regulada por tu sistema de valores que ningún otro valor en el mundo puede influenciar tu percepción de ella .
La diferencia entre las dos, por supuesto, es que la segunda definición, para la mayoría de la gente, puede estar sujeta a cambios. No para Rab Moshé – pues su supremo valor era no transgredir ningún precepto de Di-s y reconocer a Di-s donde fuera que esté. .
Si reunimos constancia y dedicación, lo que a veces consideramos que es imposible o fuera de nuestras posibilidades podría terminar probándose ser realizable. Esta revelación puede abrir nuevos horizontes para todos nosotros.